La creatividad es uno de los vehículos más potentes para resolver problemas, generar entretenimiento o como forma de expresión. Bien sean expresiones artísticas, comunicacionales, empresariales, deportivas, de vida y de cualquier aspecto que necesite cumplir una función de una manera innovadora. La creatividad, de cierta forma, también es la respuesta a cualquier pregunta compleja.


La creatividad no está diseñada ni para un campo espefíco, ni para un perfil específico (aunque cueste creer lo contrario). Es por eso que me resulta gracioso que hayan perfiles profesionales que se autodenominen “creativos”. Pero, de eso no va este post.


De lo que sí va este artículo es de por qué creo que para seguir siendo relevantes dentro de la generación de ideas, ya no hace falta simplemente tener "pensamientos creativos", chispazos de inspiración o grandes skills en el manejo de herramientas de diseño. Y con esto no quiero decir que no sean necesarias todas las anteriores. Las grandes cualidades generadoras de contenido y “la musa de inspiración” son la dinamita que, sin duda, hacen explotar una idea. 

Pero, dentro del proceso creativo, especialmente a nivel profesional, debemos empezar a tener en cuenta los “factores externos”. Y con factores externos me refiero al entorno y al análisis de los cambios que se producen en el consumo, la sociedad, la cultura, la tecnología, la política, etc. En definitiva, hago referencia al estudio y análisis de tendencias como uno de los pilares fundamentales, en el mundo actual, para el desarrollo de ideas.


Porque, si hay una caracteristica clave que define a los hábitos y comportamientos de hoy, es que cambian demasiado rápido. Y para quienes no tienen la capacidad (o intención) de observar el porqué se generan los cambios allá afuera, tienen gran probabilidad de generar propuestas que no sean vigentes, que pierden vigencia demasiado pronto o no que sean relevantes para las personas.


Amy Web, en su libro “The Signals Are Talking” dice que debemos aprender a pensar de forma ambidiestra. Es decir, analizar el presente y pensar cómo puede relacionarse éste con el futuro. En otras palabras, desarrollar la capacidad y el hábito de hacer forecasting.

Actualizando el mindset human-centered con factores externos.

Desde hace varios años y como nunca antes, se viene hablando, educando y aplicando metodologías human-centered, impulsadas con la llegada del nuevo milenio y con el auge y el alcance de Internet, el cual ha dado mayor participación y voto a las personas dentro de la sociedad (o al menos eso nos han hecho creer). Gracias a este nueva forma de encarar los problemas de diseño, es que se viene extrayendo cada vez más el “ego” dentro del proceso de desarrollo de experiencias de cualquier tipo. Y como ha debido ser siempre, se está poniendo a la persona como “el centro de todo”.


Este nuevo enfoque ha crecido también como una respuesta natural a la saturación de mensajes, productos, contenidos y servicios que vemos y usamos en el día a día. Para las marcas, mantenerse relevantes en la era de la post información se ha convertido en una competición olímpica. Es cada vez más difícil para éstas crear productos y mensajes que se mantengan en el "top of mind" con el pasar del tiempo, y cautiven la atención de las personas.

Con la intención de evitar estas generalidades en los productos y mensajes que consumimos diariamente, es que este "nuevo" mindset centrado en las personas ha significado un cambio importante en muchísimas industrias, e inclusive, ha creado el nacimiento de nuevos perfiles como UX designers, customer experience manager, service designers, entre otros.
Este cambio de paradigma y enfoque ha sido una gran noticia para los que amamos las ideas que son poderosas y con propósito, pero sobre todo, las que solucionan o nos hacen la vida mejor.

“Entonces, si mi producto está diseñado en base a lo que una persona necesita o aspira, ¿puede no ser relevante?”

Sé que es difícil pensar que un producto que esté desarrollado en satisfacer las necesidades reales de las personas, que aplica metodologías centradas en el usuario y que se enfoca en cubrir los llamados "pain points", no pueda ser relevante. Por qué si ya definiste un perfil de persona, identificaste sus necesidades, definiste la propuesta de valor del producto, creaste un MVP y lo testeaste, ¿cómo es posible que ese producto-servicio no tenga asegurado ser relevante o tomado en cuenta?


Soy creyente y promotor de los procesos de empatizar con los usuarios como uno de los puntos de partida para crear ideas que tengan como objetivo resolver problemas. Pero la realidad es que hay variantes externas que pueden hacer que una idea no sea percibida como idónea u oportuna al ser expuesta ante una audiencia.


Asimismo, dentro del acercamiento al human-centered design hay que tener en cuenta que, en la mayoría de casos, los seres humanos respondemos a estímulos externos para desarrollar patrones de conducta, gustos, necesidades y formas de pensar. Esto quiere decir, que en muchas ocasiones, lo que un usuario ve como prioritario o valioso dentro de su lista de necesidades, responde también con lo que recibe de su entorno inmediato. De esa manera, se crea una conexión directa entre lo que se percibe como individual con el pensamiento colectivo.


Carl Jung lo plantea en sus “arquetipos de personas”, que no son más que aquellas características que definen los patrones de conducta de los individuos para agruparlos dentro de un circulo o categorización. Esto significa que no nos desarrollamos de manera aislada al resto de la sociedad, sino que el contexto cultural nos influye en lo más íntimo.


Dicho así, ¿qué significa que estemos influenciados por nuestro entorno cercano y la cultura al momento de emitir opiniones o valoraciones?
Que los individuos actuamos la mayoría de veces en base a las referencias que nos rodean. Esto quiere decir que es probable que algo que refleje los valores o vaya en línea con nuestro círculo de influencia, tenga grandes probabilidades de ser aceptado así no parta de una necesidad única o personal. En consecuencia, es aquí donde analizar la evolución de tendencias que afectan a tu perfil o perfiles de persona resulta clave como método de triangulación y validación de hipotésis.


De esa manera, se hace necesario no sólo tener el insight de un potencial usuario(S), sino también los cambios socioculturales, tecnológicos y de consumo que están moldeando y que moldearán el entorno en donde éste se desenvuelve. Se fija como prioritario y no como condición ver más allá del presente.


Es en este momento donde el análisis, entendimiento, predicción y activación de tendencias juega un rol clave dentro de las metodologías human-centered, sobre todo, en la etapa previa y durante a la ideación. Se hace necesario incluir la previsión de cambios en los patrones de conducta dentro del proceso de desarrollo y validación de una idea.


"The future is there... looking back at us. Trying to make sense of the fiction we will have become". William Gibson.

“¿Esto quiere decir que tenemos que trabajar más y agregar un paso en nuestras metodologías de trabajo como creativos, estrategas, líderes de proyecto?”


. Ya no será suficiente con tener claro cuáles son las necesidades y aspiraciones de los usuarios, las características claves del producto (propuesta de valor), el ADN de la marca y los objetivos que intentamos alcanzar, si en definitiva no se entienden los cambios que están forjando el entorno.


En resumen, la manera en la que desarrollemos nuevas ideas deberá mantenerse en constante evolución para hacer mérito a la creatividad, a las personas y al mundo que las acogerá. No se trata de una metodología, sino de una manera de pensar. Es momento de comenzar a ver más hacia el futuro para crear ideas atractivas y sostenibles en el tiempo.