“¿Y en qué trabajas?”
Esa pregunta que a todos nos ha tocado responder en algún momento, bien en una reunión de amigos, en una cita, en un evento y que, al menos en mi caso, las versiones fueron variando a lo largo del tiempo.
He respondido a esta pregunta con al menos diez frases diferentes en mi vida. Ha sido una mezcla de términos que rondan entre la comunicación, la investigación, el diseño, la publicidad, el marketing, la innovación, la creatividad y lo digital. No tenía una sola frase o palabra para definirme profesionalmente y no sabía si se trataba de un problema de comunicación, de confusión o de simplemente no tener la capacidad de ser concreto.
Al estudiar marketing, uno de los principales hábitos que me dejó la carrera fue entender el comportamiento (o tratar de) y los patrones de consumo de las personas, en cualquier momento y ante cualquier mensaje, especialmente los los publicitarios. En otras palabras, obtuve una gran inyección de motivación por la curiosidad a través de la observación, la investigación y el análisis de datos.
Por consiguiente, una de las mejores cosas que me ha permitido la relación con el marketing ha sido poder involucrarme con muchas aristas de la comunicación, del desarrollo de productos, del análisis de tendencias y de procesos de innovación. Cada uno, en un momento específico, ha dominado mi enfoque en la manera en la que trato de resolver problemas, bien sea para empresas, instituciones o marcas.
Gracias a estas variaciones, en ocasiones me ha tocado “crear” mis propios puestos de trabajo, bien sea porque no existían dentro de la estructura de la empresa o porque aún no se entendía el valor que aportaba dentro del organigrama. Así que, si algo ha ido cambiando en mi CV han sido los nombres de mis cargos.
Somos muchos a los que la evolución de la sociedad ha impulsado a su profesión a explorar entre distintas metodologías, tecnologías, industrias y ocupaciones que han nacido en los últimos 40 años. Sobre todo, para aquellos que trabajamos en industrias creativas, tecnológicas y digitales. Y cuando digo”digitales”, me refiero más a un "mindset" que a un formato.
Soy anuente que, a vista de muchos, no tener una construcción monolítica de tu carrera puede ser un punto negativo en el desarrollo de tu “personal branding". O que, por ejemplo, podría reducir las alternativas de conseguir un puesto de trabajo en una gran corporación. Es recurrente que para un fundamentalista de un “correcto y bien formado CV”, resulte inconsistente ver distintos cargos y etiquetas dentro de un resumen profesional. Porque más que una ventaja, se le considera un desatino o involución dentro del camino para “obtener el trabajo de tus sueños”.
No obstante, difiero de esa visión. No por errónea, sino por absolutista. Y qué temerario creer en absolutismos en épocas donde hasta los más destacados profesionales del análisis y previsión de tendencias, como Martin Raymond, por citar solo alguno, promulga que cada vez es más difícil hacer previsiones de, tan si quiera, dos años de adelanto."Wisdom is fungible. The more you have of it — regardless of where you got it — the more places you can apply it". Ryan Holiday.
El desarrollarme en estrategia me ha permitido mantenerme rondando por industrias y diversas áreas de investigación, en parte porque en el mundo de las agencias y la consultoría, no eres tú quién decide el rubro sino tu cliente/proyecto. Y en parte por la misma determinación y necesidad de tener que ampliar mi perspectiva. Ya que, a fin de cuentas, ese es el trabajo de un estratega, convivir entre la curiosidad y la capacidad de utilizar la creatividad para resolver problemas complejos para las marcas, para las empresas, para las instituciones.
La curiosidad me ha llevado por distintos lugares, personas, marcas, áreas de investigación y, como he mencionado anteriormente en este post, por distintos puestos de trabajo. De cómo empecé haciendo redacción de guiones para radio, a desarrollar estrategias en campañas de comunicación, analizar y aplicar tendencias, crear procesos de transformación digital, coordinar y crear equipos de trabajo, diseñar procesos de investigación de mercados o dar clases sobre innovación y estudios de tendencias.
Por otro lado, la creatividad me ha hecho ver que en cada proyecto necesito aplicar visión a futuro, desde todos los puntos de vista y escenarios de acción posibles. Que no importa lo nueva, fresca o innovadora que una propuesta pueda lucir, a priori, si no cubre la demanda de las personas que van a usarla o consumirla, en el mejor de los casos no será más útil que para acariciarme el ego.
(Oh, wait... Pero todo esto suena más a estrategia que a creatividad, amigo ?).
No hay forma posible que unx estratega, o al menos un candidato a serlo, no sea creativx. Es por esa razón que me apasiona todo lo relacionado al pensamiento lateral, a la puesta en escena de la investigación y a la visión a futuro para intentar crear estrategias sostenibles.
En definitiva, la estrategia ha sido el centro de todo lo que he hecho y lo que hago. Me ha llevado a lugares y profesiones donde ésta ha sido el inicio, el propósito y la razón de ser, indistintamente de la tecnología de turno o el framework de moda; si es para innovación de productos o para campañas publicitarias. Si ha existido un elemento con el he estado directamente conectado ha sido esa curiosidad que vive dentro del pensamiento estratégico.
Es por ello que si hay algo que me hace feliz de mi trabajo es el permitirme navegar entre las distintas etiquetas profesionales y cambios que van surgiendo, pero no en el foco y en el propósito de todo: solucionar problemas de manera creativa... O al menos tratar de hacerlo.
Igualmente, sé que esta visión optimista sobre de la evolución profesional de alguien a partir de los constantes cambios en especializaciones que asume, es un tema que se presta a debate y cada quién tendrá su percepción en base a su experiencia y a su campo de trabajo.
En resumen, comulgo con la idea de que mientras existan razones para seguir alimentando tu pasión por la curiosidad y expandir tus campos de interés, el cambio de "etiquetas” en tu profesión será una variable que posiblemente no podrás evitar. Porque, al final de cuentas, si te sientes bien con tus virajes profesionales y éstos te permiten seguir pagando las cuentas y cubrir tus necesidades básicas, sociales y de auto realización, lo demás es solamente ruido. Creo que el éxito es sentirte bien con lo que haces.
No comments.