Tengo 32 años. Jamás viví una guerra o una cuarentena que no fuese impuesta por un maratón de series en Netflix.

Así que toda esta situación alrededor del Covid-19 es un evento totalmente inédito. El efecto que ha desatado la pandemia producto del aislamiento y la interrupción de actividades ha puesto sobre la mesa una nube de incertidumbre que nos ha obligado a preguntarnos: ¿qué sigue después? ¿Cómo va a terminar esto? Y por consiguiente, ¿cómo afectará a las sociedades, a la cultura, a mi familia y sobre todo, a la economía?

Debido a este entorno de caos, se ha generado una ola de contenidos de todo tipo en Internet. Nunca vi tantas personas, marcas y medios creando contenido de cualquier tipo: rutinas de ejercicios, recomendaciones de series, peliculas, cursos, cocina, mindfulness, etc. Todo un esfuerzo en conjunto para mantener en calma y entretenidos a estos seres mega sociales que somos los humanos. Pero, de toda esa lluvia de tópicos de contenido, en esta ocasión, quiero destacar uno en particular, aquel en donde se ha mencionando que hay que “reinventarse”.

Porque en tiempos de incertidumbre hay que reinventarse, afirman algunos.

Si te has encontrado con algunos de estos mensajes sobre "reinventarse" quizá te hayas visto tentad@ a pensar, ¿qué significa realmente reinventarse? ¿Cambiar de profesión? ¿Empezar un negocio? ¿Dedicarme a otra cosa? Que a su vez destapan dudas como ¿No será muy dífícil a estas alturas? ¿Pero si en la empresa donde trabajo me va bien? A mi empresa le estaba yendo bien, ¿por qué cambiar? Luce natural que en periodos de crisis estos tipos de reflexiones cobren vida. Sin embargo, una de las cosas que debemos tener en cuenta es el cómo, cuándo y quiénes emiten este tipo de mensajes. Y esto es porque existen dos principales portavoces de la filosofía de la reinvención:

  1. Personas de mediana edad (entre 45-60 años), que tuvieron carreras profesionales de éxito, las cuales probablemente les hicieron ganar reputación y permitirse un buen ritmo de ahorros.
  2. Freelance que se cansaron del trabajo de oficina y emprendieron su camino de forma independiente para ser sus "propios jefes".

En ambos casos hay que prestar atención a cada una de las historias particulares, sobre todo a los segundos, ya que suelen ser los menos experimentados. A los primeros los cubre el manto de su experiencia, que no asegura nada, pero sí les otorga una ventaja financiera y estructural.

Entonces, ¿las personas con carreras exitosas y de ahorros sustanciosos son las únicas que pueden hacer reinvenciones en sus vidas? No, en lo absoluto. Con esto solo quiero hacer hincapié en que antes de tomar decisiones importantes a partir de la experiencia de terceros, debemos tener en consideración las situaciones particulares que llevaron a éstos a hacer esos virajes en sus vidas.

Lo más sensato durante las crisis es buscar posibilidades de crecer, de evolucionar, de mejorar y buscar nuevos caminos, sean o no en forma de reinvención. Aunque soy más partidario del término evolución porque evoca mejora y cambio sin la imperante necesidad de erradicar los conocimientos pasados. 

Ahora, toda esta situación de personas pensando en replantear sus profesiones o empresas me hizo recordar un libro de estrategia de negocios llamado “Blue Ocean Strategy”, de los profesores W. Chan Kim y Renee Mauborgn. Si estás en el rubro de estrategia, es probable que hayas escuchado de él o lo tengas entre tus referencias. Para aquellos que no, vale acotar que es una de las principales referencias en estrategia de los últimos 10 años. 

Blue Ocean Strategy plantea que las estrategias en el mundo de los negocios se dividen en dos océanos: 

  • El océano rojo, que representa aquellos mercados donde empresas compiten con productos en espacios ya existentes. En este mercado, los límites de las industrias están definidos y son conocidos por todos, puesto que se trabaja bajo la demanda existente y se compite por ganar espacios “golpeando” a la competencia. 
  • El océano azul, definido por aquel lugar donde se crea un nuevo espacio en el mercado a partir de la generación de una nueva demanda. Es decir, donde se plantea ganar a través de la “no-competencia”, creando un espacio de mercado que aún no ha sido explorado. Lo que constituye una oportunidad de, idealmente, obtener mejores ganancias. 

La visión de Chan Kim y Mauborn es que, aunque prepararse para competir en un océano rojo es necesario, no es suficiente para conseguir un rendimiento sostenido en el tiempo y apuesta a que es necesario ir más allá de la competencia buscando crear nuevos “océanos azules”. Este enfoque de Blue Ocean Strategy no es absolutista, es más bien una apertura a una visión innovadora y como muchas metodologías, tiene sus detractores y defensores

Ahora, ¿cómo se conecta la estrategia del oceano azul con la necesidad de “reinventarse”?

Si estás considerando hacer cambios importantes en tu vida como virar de profesión, crear un emprendimiento/proyecto o expandir los campos de negocio de tu empresa, tienes una oportunidad muy poderosa: ¿Por qué no aprovechar esa inversión de tiempo y esfuerzo en explorar caminos que abran nuevas soluciones en vez de competir con lo que ya existe? ¿Por qué no aprovechar este entorno VUCA (acrónimo de Volatility, Uncertainty, Complexity, Ambiguity) para reflexionar y visualizar el futuro próximo, en busca de oportunidades que planteen resolver problemas reales? Hay infinidad de cosas por mejorar en todos los sistemas que actualmente existen en nuestro alrededor, sólo debemos dedicarnos a analizar y empezar a ver con otros ojos ese entorno. 

Es este el momento. El alcance de la digitalización y el efecto del distanciamiento físico están creando miles de nuevos patrones en comportamientos y hábitos como nunca antes. Algunas alternativas de observación pueden ser: empezar analizando esas reuniones online con el equipo de trabajo, esas metodologías de trabajo remoto con tu empresa, los mecanismos de delivery de comida rápida, esos tutoriales DYI que están en tendencia o las formas de distribución de información de organismos sanitarios, por sólo nombrar algunos ejemplos. En cada uno de ellos existen baches y oportunidades de mejoras que están a la orden del día para aquellos capaces y con la disposición de detectarlas. 

En innovación se habla constantemente de “crear valor” desarrollando productos o servicios que cubran las necesidades y los problemas de las personas. Crear valor es navegar esos “océanos azules” en la búsqueda de oportunidades para crear ideas que satisfagan las necesidades de nosotros, los ciudadanos, con el fin de dar origen a nuevos mercados, en vez de saturar los ya existentes. 

Clayton Christensen en “how will you measure your life?”, describe que es crucial decidir a qué actividades le dedicamos más tiempo y a cuáles no. En el mismo destaca además que debemos empezar a generar pensamientos estratégicos no sólo para los negocios, sino para nuestra propia vida, de tener un propósito y traducirlo en un plan a ejecutar. 

En efecto, analizar contextos para detectar oportunidades de innovación puede resultar un proceso difícil para quien no está habituado a desarrollar este tipo de ejercicios. En consecuencia, una simple alternativa para comenzar podría ser la generación de escenarios futuros. La planificación de escenarios consiste en la identificación y entendimiento de un conjunto específico de incertidumbres del presente para poder recrear escenarios futuros y planes de acción en cada uno de estos escenarios. Éstos nos ayudan a mantener la mente abierta de cara al futuro y nos mantendrá cuestionando todo lo que devendrá del mismo.

Existen distintos acercamientos para el ejercicio de la planificación de escenarios, los frameworks varían según disciplina(innovación, planning, speculative design). El siguiente es uno de los más claros y simplificados de ejemplificar:

  1. Identificar escenarios posibles: el objetivo es identificar escenarios futuros basados en oportunidades que se hayan detectado en necesidades que no hayan sido cubiertas todavía. Para ello, sólo tienes que escribir el escenario que visualices. Ejemplo: “Una solución para mejorar la experiencia de reuniones online” (puesto que las videollamadas de más de 4 personas son una pesadilla). 
  2. Crear una historia: para cada escenario con el fin crear una narrativa y un acercamiento real. El objetivo es que comiences a pensar en cómo sería esa idea que estás imaginando para cubrir esa necesidad. por ejemplo: “nuestra solución buscará mejorar el flujo de comunicación entre los organismos de salud y las personas mayores de 70 años, con el fin de achicar la brecha de adopción de nuevas medidas sanitarias”. 
  3. Desarrollar un modelo de negocio: para cada escenario. Generar un modelo de negocio para determinar el potencial y el esfuerzo que demandará ejecutar cada uno de los escenarios que se han identificado. Recomiendo implementar el Business Model Canvas en este apartado.

Después de recrear este tipo de ejercicios, es crucial seleccionar el escenario que luzca con mayor potencial de innovación y a partir de él, crear una ronda de validación, contrastándolo con la opinión de amigos, expertos del área, tendencias y con datos de la industria donde se desenvuelve. Pero, sobre todo, validarlo con tu intuición. Estas validaciones son recomendables para determinar si realmente el escenario que haz desarrollado tiene verdadero potencial de implementación a futuro. 
The task in not so much to see what no ones else has yet seen, but to think what nobody has yet though about that which everyone has seen. - Arthur Schopenhauer.

La planificación de escenarios es sólo una alternativa para detectar nuevas oportunidades que otros no hayan pensado antes, pero no es la única. Cada uno puede descubrir o crear sus propias técnicas, lo importante es empezar a hacerlo. Una importante acotación es que planificar escenarios no es predecir el futuro, es recrear posibilidades de hechos que puedan suceder en él o en "ellos".

En resumen, son varios los caminos que se pueden emprender para explorar oportunidades de negocios y creativas en tiempos de incertidumbre. Resulta interesante el momento para conjugar el talento, individual o de equipo, en detectar insights que disparen la creación de nuevas soluciones. Reinventarte con un verdadero propósito suena como una tarea apasionante para todos los interesados en hacer un cambio en sus vidas.