Cuando escucho a alguien hablar sobre el futuro, se me hace casi imposible no virar a verle. De cierta forma, para quienes trabajamos en áreas que se basan en la planificación estratégica, ese lugar es nuestro hogar. Ese de lo que aún no ha sucedido, de lo que está por venir.

Así que desde que leí por primera vez la frase "Design Fiction", empecé a interesarme de manera más disciplinada con todo lo relacionado con el futuro. O a los futuros, a lo no lineal, a lo posible. O al menos es lo que esta metodología plantea. 

Es importante decir que existen distintos nombres para el estudio o construcción de futuros: Design Fiction, que en sí mismo está dentro de la rama de Speculative Design, or Critical Design, Futurism, entre otros. Lo destacable de éstas es que tienen la misma premisa: explorar el futuro desde la visión crítica del mundo, tomando en cuenta la visualización y desarrollo de escenarios venideros a través del ejercicio de la imaginación y el cuestionamiento. Es la mezcla de hechos científicos, diseño y ciencia ficción.

Pero, ¿qué es realmente Speculative Design o Design Fiction?

Hay varios acercamientos a sus definiciones, se concibe como disciplina pero también como una metodología. Una definición que me gusta la extraje del libro “Speculative Everything”, de Anthony Dunne y Fiona Raby que, traducido al español es algo más o menos así:

“El diseño crítico busca cuestionar las implicaciones culturales, sociales y éticas de las tecnologías emergentes. Es una forma de diseño que puede ayudarnos a definir futuros más deseables y evitar los menos deseables”. 

Hay dos palabras claves dentro de esta descripción: crítica y exploración de futuros deseables. Es decir, futuros basados en lo que se desea que pueda pasar haciendo proyección de la evolución de las tecnologías y comportamientos actuales, sin las condiciones o restricción de la lógica de la industrialización y el marketing, por nombrar algunos. 

Con lógica de la industrialización y el marketing quiero decir: pensar sin las limitantes de desarrollar un producto con las condiciones actuales de desarrollo industrial, ni la necesidad de que sea rentable y "escalable". Porque justamente es esa la premisa de la exploración de escenarios futuros, quitar las barreras, la mayoría de veces mentales y sociales, de la lógica e interpretación de cómo son o deben ser las cosas que nos rodean. 

Otro acercamiento que hizo Bruce Sterling, específicamente sobre Design Fiction fue: "el uso deliberado de prototipos para suspender la incredulidad sobre el cambio”. En otras palabras, un camino para derribar barreras sobre la suposición y comenzar a diseñar lo que se vendrá. 

Ciertos autores separan Design Fiction de otras disciplinas futuristas porque a diferencia de ellas, en DF se prototipa el futuro a través de formas, objetos, y no sólo de ejercicios descriptivos. Se usa la imaginación para crear objetos basados en nuestro análisis de lo que serán los futuros.

Acabo de usar una palabra polémica dentro del mundo de los negocios: “imaginación”.

Decir imaginación dentro de un contexto empresarial en ocasiones parece un sacrilegio, porque se suele desvirtuar al tratarse de “ideas” y no de hechos. Porque no se vincula con lo racional, con lo numérico. Como si las ideas no fuesen rentables, como si la semilla de los negocios no nacieran de lo intangible.

Pero, a pesar de ciertas estructuras basadas en cómo funcionaba el mundo anteriormente, el panorama alrededor de la exploración de los futuros es prominente. Las empresas más innovadoras lo tienen como parte de sus actividades y presupuestos y cada vez más personas, como yo, comienzan a explorarlos. 

No sólo como ejercicios de previsión, sino como programas y planes de acción con agendas definidas para la creación de nuevos servicios y productos. En palabras más marketineras, se está usando la exploración de futuros para el desarrollo de nuevos negocios.

Del desarrollo y exploración de futuros salieron productos como los autos autónomos, el iPhone, asistentes virtuales o los servicios de suscripción de los que somos fan. 

Cone of Preferable Futures
Cone of preferable futures

Entonces, ¿cómo se aprende a diseñar y explorar los futuros?

Al ser un área en exploración, hay muchos acercamientos a procesos de trabajo que se encuentran todavía en desarrollo. No voy a explorar frameworks ni procesos concretos porque como insinué al principio del post, soy todavía un aprendiz que intenta aplicar en sus trabajos la lógica futurista, que un divulgador o experto en la disciplina.

Pero lo que sí puedo sugerirte es aprender o inspirarte en personas y empresas que están construyendo el mañana a través de estas metodologías: NearFutureLaboratory, IDEO, Institute for Future, MagicLeap, TheFabricant, y en personas como Neri Oxman, Elisabeth Roselló y Phil Balagtas. No son los únicos, pero sí los que me llegan a la mente mientras escribo este post.

Diseñando el mañana. 

Como personas y profesionales, es evidente entender de dónde venimos y cómo surgen los movimientos y creaciones que moldean nuestros comportamientos; solo así podemos entender el porqué de las cosas. Sin embargo, tenemos una responsabilidad con crear lo que viene, de manera ética, humana, útil, pero sobre todo, atractiva. Porque si podemos "crear el mañana", hagamos de él un lugar donde queramos estar. 

  • ¿Cómo serán entonces los productos, sociedades y el diseño, en estos futuros?
  • ¿Cómo podemos navegar hacia estos futuros para crear ideas que estén fuera de la lógica del presente, pero que forjen todo lo que viene?

Quiero cerrar con una charla que me inspira muchísimo: Neri Oxman hablando sobre su trabajo en la simbiosis entre diseño y biología, y cómo podemos mejorar el mundo haciendo diseños con lo que ya existe en él:

Me motiva sentirme parte del ahora y de lo que nos rodea, pero sobre todo, me emociona poder ser parte del diseño de lo que será y seremos en los futuros próximos.